miércoles, 14 de noviembre de 2007

Presencias

El sueño de anoche, tenía fuertes tintes de delirio, no sé si realmente estaba soñando, aquí va.

Me encontraba durmiendo en la cama, cuando de pronto sentí la agradable presecia de alguien más a mi lado, al principio, no me sentí incómodo y me acurruqué junto a ese(a) alguien, de pronto, caí en la cuenta de que vivo solo, y que me había acostado solo, en ese momento me sorprendí, y al principio sentí miedo, pero luego mi mente se enfrió y traté de reconocer quien era, me costaba un montón moverme, y no pude voltear la cabeza para verlo, pero por las piernas, los brazos y el tacto de su cuerpo en general, reconocí la persona, era un hombre, era mi hermano Cristian, y me sentí un poco más confiado, pero luego recordé que mi hermano estaba en Viña del Mar, creo que caí nuevamente en la cuenta de que algo "raro", "mágico", u "oculto" me estaba sucediendo, y me tranquilicé, pues me dije, si me mantengo tranquilo, no puede, sea lo que sea, hacerme daño. En ese momento comencé a vagar por distintas escenas, un poco difíciles de hilar.

Primero, estaba a la orilla de una piscina, donde realizaban un extaño deporte extremo.
Subían por una alta rampa, tipo skate, y al llegar arriba, daban media vuelta, y se lanzaban e distintas maneras al agua, algunos con raros parapentes, otros en patines, otros en bicileta, en ski, etc.

De pronto, otra escena, esta vez en el desierto, donde había un extraño oasis de agua cristalina en una hondonada, yo lo miraba desde cierta altura en una suave loma de arena. De repente, aparece una camioneta gigante, azul, que se lanza al oasis a toda velocidad, el agua no se enturbia y es tan clara que se puede ver perfectamente la camioneta en el fondo, ésta, con toda la velocidad que le permite el elemento líquido, gira en 180º y sale, llevando toda la zona de carga llena de agua.

Fue algo realmente sorprendente, una manera de sacar agua con estilo.

Después me encontraba en una especie de patio trasero de un colegio, sentado en unos montículos de tierra con mi tío Jano y el Dixon, mi ahijado, algo estábamos comiendo, no recuerdo que, parece que el Dixon se taimó por algo y se fue, luego desapareció mi tío, y yo comencé a subir por una calle, al principio no la reconocí, pero después me di cuenta que era avenida Las Parcelas, un poco más arriba de Consistorial.

Me detuve en una botillería, para comprar agua mineral con sabor a cítrico, pero después al beberla, no le sentía ningún sabor, ni siquiera a agua.

Voy llegando a la casa de Peñalolén, y el Dixon estaba en la esquina, taimado aun, mi tia lo llamaba desde la puerta, así que lo tomé con fuerza y por más que pataleó, lo subí a mis hombros y lo llevé a la casa.

De pronto, estaba nuevamente en mi cama, y sentí la mano de mi mamá, y su voz que me decía:

¡Ya, levántate!, pero no la vi, y sentí que en el comedor de mi departamento, estaba el Cristian, el Sebastián y la Katty conversando, pero no entendía lo que decían, salieron y se escuchaban desde el pasillo, y después desde el rellano del piso inferior, el cuarto.

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